El Jardín del Corazón
Durante 21 días, antes de beber agua, imagina que regás el jardín de tu corazón. Cada vez que lo pedí ver más y más detalles.
Cerrá los ojos unos instantes mientras bebés el agua y observá qué aspecto tiene tu jardín en ese momento y permití que se presenten siempre más y más detalles a tu visión.
¿Qué plantas crecen? ¿Qué flores? ¿Cómo son los árboles y los suelos? ¿Hay un arroyo? ¿Cómo está el clima en este momento en particular? ¿Qué animalitos se albergan y refugian en el jardín? ¿Hay pájaros, pequeñas creaturas?
Finalmente el día 21 completá el paisaje con un refugio o una casa con un cuarto sagrado dentro. Puede tener una lámpara de aceite encendida, flores, sahumerios, o música hermosa, ¡o lo que desees! Ahora sabrás que siempre podés volver a tu jardín del corazón y meditar en la paz que experimentás allí.
Terminados los 21 días hacé una obra de arte que exprese la experiencia vivida. Podés escribir un cuento, pintar un cuadro, hacer una maqueta o crear una poesía o una danza o una canción... ¡Pero hacé algo creativo y compartilo con el grupo!
Este ejercicio permite que tomes conciencia del acto de beber agua y la enorme importancia que esta sencilla acción tiene para la vida. Al beber imaginando que estás regando un jardín estás guiando tu atención al movimiento de beber y al movimiento interno de tu corazón bombeando la sangre y nutriendo todo tu organismo. Pero además estás hidratándote, registrando la necesidad de tu cuerpo de beber agua (muhcas veces poco atendida) y de este modo estarás encendiendo tu creatividad.
